La caña de azúcar

El empleo de la caña como materia prima para la composición del polietileno y como fuente de energía en los procedimientos de transformación requiere menor cantidad de petróleo y gas.

Los residuos fibrosos de la caña de azúcar (bagazo) sirven de combustible y alimentan con energía la fábrica donde se produce el etanol.

Esto supone otra fuente de ahorro de CO2 en el proceso de fabricación de Polietileno (se calcula que el consumo de energías fósiles se divide a la mitad) y el rechazo del Petróleo como combustible para su fabricación. Algunas fábricas pueden hasta suministrar electricidad a los pueblos de los alrededores. La otra parte de los residuos (vinote) se usa como abono para los cultivos de caña de azúcar.

Además de frenar el impacto medioambiental, el Polietileno Vegetal contribuye a una mejora social por dos razones:

Deforestación y cambio de reparto en los suelos: En Brasil existen 340 millones de hectáreas de superficies cultivables. Sólo el 18% se dedica al cultivo, mientras que el resto se reserva para la cría de ganado. El 70% de las tierras que se emplean para el cultivo de la caña de azúcar eran antiguos pastos. El gobierno brasileño está elaborando una legislación para garantizar que las nuevas tierras dedicadas al cultivo de esta materia prima (caña de azúcar) no sean de bosques.

 

Condiciones laborales: debido a las garantías sociales y medioambientales que ofrece, el proveedor de materia prima es una empresa internacional que tiene un gran reconocimiento en Brasil. Lleva muchos años trabajando con el Gobierno y con ONG’s, lo que garantiza los derechos fundamentales en sus fábricas y las mismas condiciones para sus proveedores.  

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